Contra el abandono

Todavía poco comunes en Brasil, los equipos necesitan superar la falta de fiscalización y de reparaciones de puentes y viaductos por parte de los órganos responsables del avance

En 2012, un levantamiento del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) asustó a mucha gente al señalar que la mayoría de las más de 6 600 estructuras de puentes y viaductos (obras de arte especiales) del país estaba en situación precaria, sin recibir mantenimiento o inspección desde hacía mucho tiempo y, lo que es aún peor, con riesgo de desmoronarse en cualquier momento.

Evidentemente, era un situación muy grave, sobre todo porque el Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (DNIT) solamente había mapeado 25 % de ese legado, esforzándose en el sentido de iniciar procedimientos para registrar el resto de forma más eficiente.

Desde entonces la situación mejoró, pues el DNIT –según el director general de Infraestructura de la entidad, Adailton Dias– ya tiene 5114 puentes y viaductos mapeados y, gracias a ello, sabe que la mayoría de estas obras de arte especiales tiene más de 10 años de existencia, lo que alerta sobre la necesidad de inspeccionarlas para que no caigan en el olvido.

El DNIT no informa la cantidad de puentes y viaductos que todavía no pasaron por inspección reciente, pero asegura que se realiza un trabajo constante y que ha sido acelerado, principalmente después de la implementación de un sistema que permite a los técnicos del órgano gubernamental recabar informaciones en campo por medio de tabletas, transmitiendo los datos en tiempo real. Esta, por cierto, sería la principal evolución del Sistema de Gestión Informatizado de Obras de Arte Especiales, según Dias.

Ante este escenario, M&T fue al terreno para entender hasta qué punto el volumen de obras o servicios de inspección y mantenimiento de puentes y viaductos ha evolucionado en el país. Bajo la óptica de los fabricantes de equipos, el reportaje también investigó si un hipotético número mayor de proyectos para obras de arte especiales estaría compensando las pocas inversiones en construcción y reforma de carreteras. Para Cunzolo y Socage, dos de las empresas nacionales que brindan soluciones para elevación de personas utilizadas en este tipo de servicio, la respuesta directa fue la misma: no.