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Campo tecnológico

La electrónica embarcada se está volviendo cada vez más común en equipos agrícolas en Brasil, colocando al país entre los polos más avanzados en tecnologías aplicadas a la agricultura

La tecnología definitivamente llegó en los cultivos en Brasil. En la actualidad, los recursos de agricultura de precisión se están volviendo cada vez más comunes en la siembra y cosecha, especialmente de granos, uno de los sectores más fuertes del agronegocio nacional y alcanza a niveles récord secuenciales de productividad gracias a la creciente adopción de estas soluciones.

Un buen ejemplo de esto es Campos Gerais en Paraná, una región pionera en mecanización agrícola en la que el uso intensivo de tecnología ya es realidad. Una de las cunas de la siembra directa en los años 70, la región – que en el pasado ha sido testigo de la implementación de técnicas innovadoras de conservación de suelos – ahora vive otra renovación conceptual, esta vez representada por la introducción de máquinas inteligentes que mejoran la calidad del grano, reducen las pérdidas y, en consecuencia, aumentan la rentabilidad del negocio.

En el caso de la soya, por ejemplo, se espera un crecimiento del 11% de la cosecha 2014-2015, con 95,8 millones de toneladas cosechadas. Desde la última cosecha, la productividad creció de 47,6 sacas por hectárea para 50,7 por hectárea, en parte gracias al uso de recursos de la agricultura de precisión, que permiten la aplicación dirigida de insumos según las necesidades de cada punto del cultivo. “De hecho, la electrónica embarcada es cada vez más común en esta región, de manera que se rompió un tabú con relación a esto, con máquinas cada vez más grandes y sofisticadas”, dice Davi Lunardi, director de TratorNew, una de las principales concesionarias de New Holland Agriculture en el país, llegando a 61 municipios en la región sur. “En este sentido, Brasil está alineado con lo que hay de más moderno en tecnologías agrícolas en el mundo. Mapas de productividad y piloto automático, por ejemplo, comienzan a difundirse más aquí”.

Recientemente, incluso, el fabricante controlado por el Grupo Fiat rompió otra barrera al convertirse en la primera marca que ofrece recursos tales como GPS y piloto automático a los pequeños agricultores. Desde marzo, la empresa ofrece los recursos en el tractor TL 75 con cabina por el programa gubernamental Más Alimentos, ofreciendo plazos de hasta 10 años para el pago, con intereses del 2% y hasta tres años de período de gracia.

Otra acción innovadora fue adoptada a principios del año, cuando la marca cerró una alianza con Cargill que permite el intercambio de nuevas máquinas por granos, convirtiéndose en la primera empresa en el mercado nacional a lanzar esta modalidad. Tales estímulos, evidentemente, pueden ayudar a los agricultores en la adopción de tecnologías, que constituyen una importante palanca para la popularización de los sistemas electrónicos avanzados en el campo brasileño.

“SORPRENDENTE”

Y eso ya ocurre en Fazenda Barreiro, por ejemplo, una propiedad familiar de 220 hectáreas ubicada en el municipio de Teixeira Soares (PR), aproximadamente 150 km lejos de Curitiba. Administrada por los hermanos Emerson, Nereu y Luiz Alberto Serenato, la finca invirtió 1 millón de reales en máquinas en 2013, formando una flota que incluye, además de la rociadora, la cosechadora CR6080, y los tractores TL75, TS6020 y TM7040, todos de la marca New Holland Agriculture.

Con los equipos, la familia Serenato produce soya, maíz, frijol y trigo, además de mantener una granja con más de 100 mil gallinas ponedoras. Sin embargo, lo fuerte es realmente la soya, a lo que los hermanos dedican 160 hectáreas de terreno y, este año, ya han cosechado el 80% de la cosecha, obteniendo una productividad de 206 sacas por hectárea. Esta cosecha, incluso, es la primera que utilizan la agricultura de precisión. “Estamos entrando ahora en agricultura de precisión, pero los análisis del suelo ya se realizaron todos con esos recursos”, dice Nereu Serenato. “En el sistema que se plantaba antes, la corrección de un área demandaba 10 toneladas por hectárea de calcáreo, por ejemplo, y se hacía exactamente esto. Con la agricultura de precisión, esto será sorprendente, porque el fertilizante caerá únicamente donde de hecho se necesita la corrección”.

Los hermanos Serenato no saben aún cuánto ahorrarán con los nuevos recursos, pero ya tienen información de vecinos que utilizan la tecnología hace más tiempo. “En invierno, ya vamos a corregir con los mapas y saber la diferencia exacta de la productividad”, dice Nereu. “Pero quien ya está en el negocio dice que en un principio compró el fertilizante que utilizaba normalmente y sobró la mitad”.

Emerson Serenato evalúa que, no obstante la inversión en maquinaria sea alta, el esfuerzo vale la pena, tanto es así que ya quieren adquirir un equipo más este año, una retroexcavadora para su uso en la granja. “Pero primero tenemos que cosechar todo, pagar las cuentas y ver cómo nos quedamos”, advierte.