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Se buscan motoristas

Como en otros sectores, el déficit de mano de obra también llega a transporte de cargas por carreteras, forzando operadoras, entidades de clase y fabricantes con buscar soluciones para superar el problema

En Brasil, el sector de transporte de cargas de larga distancia vive una crisis silenciosa en relación a la renovación de los cuadros de operadores de vehículos disponibles en el sector. La dificultad es tan latente que el país ya importa profesionales de otros países latinoamericanos.

De hecho, al lado de la persistente precariedad de la infraestructura carretera del país, ese tal vez sea uno de los más grandes gargajos de dicho sector en la actualidad. En ese escenario preocupante, empresas transportadoras, sindicatos y fabricantes se esfuerzan por hacer con que la profesión sea más atractiva para jóvenes profesionales, para que se pueda renovar un puesto de trabajo muy importante para la logística y la misma cadena productiva del país, ampliamente basada en carreteras para el transporte de mercadorías. Al fin y al cabo, el sector mueve nada menos que el 65% de todo lo que es transportado en el país.

“Todo se hace por camión, desde el campo hacia la mesa del consumidor, desde la materia-prima hacia la industria, pasando por el procesamiento, centro de distribución, puntos de venta, desecho y reciclaje”, dice Rodrigo Machado, coordinador de la competición Mejor Motorista de Camión de Brasil.

En la industria de camiones, a propósito, eso está llevando al desenvolvimiento de nuevos conceptos de productos y relaciones de trabajo, que puedan mejorar las condiciones de vida de motoristas, incluso el perfeccionamiento de la ergonomía, aumento de remuneración y diseminación de calificación técnica. Más que eso, si el cuadro se vuelve irreversible, uno especula  hasta mismo la posibilidad de prescindir de ese profesional en largo plazo. Pero como camiones autónomos – por ahora – existen solamente en la ficción científica, es necesario buscar soluciones más efectivas y de corto plazo.

DESFASAJE

Según datos de NTC&Logística (Associação Nacional do Transporte de Carga e Logística), el desfasaje anual de profesionales quiénes operan camiones corresponde al 10% de la flota nacional, estimada en más de 1,6 millón de vehículos.

Por otro lado, un estudio realizado por la Confederação Nacional do Transporte (CNT) muestra que más del 71,5% de los empresarios del sector de transporte carretero tienen dificultad de contratar mano de obra calificada. Además, un 19,4% de los entrevistados subrayan la falta de experiencia y el 17,9% mencionan el elevado costo de la mano de obra como barreras para las contrataciones.

Con eso, las proyecciones son que el país tendrá un déficit de 130 mil a 160 mil profesionales. “Y no es nada fácil lograr reponer esas personas”, afirma José Alberto Panzan, presidente del Sindicamp (Sindicato das Empresas Transportadoras de Cargas de Campinas e Região) entidad fundada en 1983 y que representa 31 ciudades. “Ya empezamos con importar motoristas de Colombia y de otros países, con alrededor de 150 profesionales ya en actuación en Paraná, por ejemplo.”

Primeramente, es necesario considerar que  uno de los aspectos que provocan dicha situación es la dificultad que la profesión de camionero impone a los candidatos, marcada por solitud, precariedad de las carreteras, salarios muchas veces incompatibles y, principalmente, riesgos de accidentes.

“Realmente, encontrar motorista hoy está difícil, pues aventurarse a ser motorista es un negocio muy peligroso, uno debe prepararse muy bien”, comenta Jean Marcelo Moreira da Silva, instructor máster driver de Martion Brower y motorista profesional de camiones hace casi 20 años. “La tecnología está muy avanzada, pero si el motorista no estuviera preparado, las consecuencias son siempre muy grandes. Yo digo eso porque no hay nada que reponga la vida de la gente.”

CALIFICACIÓN

Hasta por eso, una de las formas con que los agentes del sector intentan contornar el problema es con inversiones en la calificación de los candidatos. Eso está gradualmente, cambiando el perfil del motorista, en la tentativa de atraer nuevos profesionales para el segmento, pero también – paradoxalmente – está dificultando el ingreso en la profesión. “Ser camionero no es más aquella cosa de antiguamente, con un profesional de camisa abierta en el pecho, con chinela y barbudo”, enfatiza Panzan. “Hoy eso está cambiado. El profesional debe ser bien capacitado y bien tratado para transmitir una buena imagen, pues él es la tarjeta de visita de la empresa.”

El hecho es que, como principal activo del sector, el motorista capacitado es disputado en el mercado, que se resiente de la indisponibilidad de buenos profesionales y, por eso, pasa a crear sus propios programas de calificación, en los cuales – muchas veces – el candidato pasa hasta siete meses dirigiendo con otro motorista a su lado, para después ser sometido a una evaluación.

A fin de cuentas, no basta querer dirigir un camión, hay mucho más en juego. Para  las empresas, se trata de una cuestión eminentemente económica, que involucra la tríade vehículo-motorista-servicios. “Un producto correctamente especificado, con mantenimiento en día y bien conducido también contribuye para menor desgaste de componentes, ahorro de combustible y reducción del impacto ambiental, con menor nivel de emisiones”, subraya Eronildo Santos, director de ventas de vehículos de Scania en Brasil.