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Seguridad como valor

Movilizando fabricantes y entidades, el sector de equipos para construcción prioriza tecnologías y formaciones para garantizar la seguridad operacional en el manejo de las máquinas

En los últimos años, la oferta de tecnologías embarcadas y calificación operacional se tornó uno de los principales diferenciales para los que quieren obtener (o mantener) un lugar bajo el sol en el competido mercado de equipos para construcción. Factor llave para amortización del consumo de combustibles fósiles, reducción del impacto ambiental y aumento de la productividad, el avance de la tecnología también tuvo un impacto significativo en la capacitación de operadores y en la seguridad, áreas cada vez más basadas en sistemas tan complexos cuanto confiables, capaces de minimizar las ocurrencias de accidentes y fallas humanas en las obras de construcción pesada.

En tal contexto, no tardó para que muchos fabricantes y entidades asociados del sector sintieran la presión de la sociedad por inversiones directos en esas áreas, aliando el desarrollo de soluciones técnicas a nuevos servicios, programas e iniciativas que garantizan que el factor humano camine pari passu con las máquinas. Hasta porque, en términos de tecnología, el avance tiene sido realmente espectacular.

Manitowoc es un bueno ejemplo de eso. Reconocida como marca innovadora en el segmento de grúas, la empresa con sede en el estado norte-americano de Wisconsin encara la seguridad como prioridad en sus actividades. En el ámbito tecnológico, uno de los recursos más avanzados implantados recientemente por la empresa atiende por el nombre de CCS (Crane Computer System) – o sistema de control informatizado de grúa.

Según Leandro Nilo de Moura, gerente de marketing en la empresa, el sistema permite que el operador vea cada etapa del trabajo en una pantalla, lo que permite configurar la máquina de modo a asegurar condiciones perfectas de operación. “Esa tecnología sigue estándares internacionales y, independientemente del tipo de grúa, ofrece facilidades para que el operador aprenda a manejar la máquina de manera más segura, resultando también en mayor eficiencia”, destaca.

El ejecutivo explica que el sistema permite personalizaciones, incluyendo la sensibilidad de los controles. De esa forma, el operador se siente confortable con los instrumentos, manteniendo el foco en la operación. “Este sistema se tornó tan importante que todos los modelos de grúas lanzados por la marca en los últimos años ya vienen de fábrica con el embarcado”, enfatiza Moura.

Como ocurre en las demás áreas, la unión de esfuerzos también viabiliza el avance de la industria en ese quesito. Para ofrecer tecnologías avanzadas en robótica y herramientas más eficientes para la planificación de operaciones, Manitowoc actúa como consultora en un importante proyecto de investigación tocado por la National Science Foundation (NSF), agencia gubernamental independiente de los EUA.

El proyecto involucra otras entidades norte-americanas como la Asociación de los Fabricantes de Equipos (AEM), el grupo de compañías de High Industries, la Universidad de Illinois Urbana-Champaign y la Universidad de Pensilvania, que al momento desarrolla un nuevo mecanismo CPS (Cyber-Physical System, o Sistema Ciber-Físico, integrando computación, networking y procesos) para equipos de construcción. En medio plazo, la expectativa de Manitowoc en este proyecto es tornar viable el uso de tecnologías avanzadas de computación como forma de superar el riesgo de inestabilidad, colisiones y sobrecarga estructural de las grúas, por ejemplo.

CICLO CERRADO

Como se puede ver, la tecnología avanzada ya es realidad en el sector. En la otra punta, la oferta de cursos posteriores a la entrega técnica del producto tiene sido un paso cada vez más recurrente en las estrategias de las empresas. Quien va a utilizar una solución de Manitowoc, por ejemplo, precisa obligatoriamente realizar un curso y recibir certificación antes de ligar el equipo. “Es un ciclo cerrado operador-máquina-mantenimiento, que garantiza tanto la capacidad del operador como el funcionamiento correcto de la máquina”, dice Moura, complementando que los cursos pueden incluir el uso de simuladores y las propias máquinas, tanto en la sede del fabricante como en las instalaciones de los usuarios.

La elección del local queda a criterio del cliente. “El importante es difundir el conocimiento y, para eso, ofrecemos materiales ilustrativos que facilitan la asimilación de nuevas tecnologías”, frisa el especialista. “Diversos programas de ordenador, como 3DLiftPlan y CraniMax, son usados para apoyar el proceso de planificación y apoyar la seguridad.”

Y la tendencia se alastra. En los últimos años, la igualmente norte-americana Terex Corporation incorporó una extensa lista de recursos en sus equipos, que exigieron formaciones específicas para operar los productos. “Nuestro simulador Simulift de operación de grúas ayuda al instructor a ministrar formación de alto nivel, siguiendo el progreso de los alumnos individualmente y economizando tiempo y dinero”, garantiza Ricardo Beilke Neto, gerente de servicios de Terex para Latinoamérica. “Además de ensenar a trabajar con más seguridad, eficiencia y economía, es posible adecuarlo a las características de cada tipo de equipo. Todo eso ayuda a reducir los costos operacionales y de mantenimiento.”

Buena parte de los cursos de Terex es enfocada en mantenimiento y diagnosis. Dividida por líneas de productos, la carga horaria media gira en torno de 40 horas. Las formaciones más solicitadas son para modelos RT (Rough Terrain) y AT (All Terrain). “Los cursos enfocados en operación y seguridad pasan por aspectos físicos y matemáticos básicos relacionados al uso de grúas y elevación de carga, indo hasta conceptos más sofisticados, imprescindibles a la actividad”, destaca Neto.

GANANCIAS REALES

Del otro lado del Atlántico también existen ejemplos ilustrativos de como tecnología y formación se completan. Con foco en seguridad operacional y ergonomía, la alemana Liebherr busca ofrecer tecnologías aliadas al conforto y seguridad del operador. De entre los recursos que la marca desarrolló en años recientes están sensores, protectores, válvulas de seguridad y limitadores de velocidad.

La recién lanzada línea de manipuladores de materiales, por ejemplo, utiliza válvulas de seguridad montadas en el cilindro hidráulico de la lanza. Así como en las excavadoras, en el caso de ruptura de las mangueras la tecnología impide que el implemento sufra quedas de forma abrupta, mientras el sensor de límite del brazo impide que la garra atinja la cabina de operación. “Ofrecemos los dispositivos de seguridad obligatorios, determinados por las normas internacionales vigentes, principalmente la EN 13000, además de las novedades tecnológicas que, dentro de su concepto, crearon una ventaja adicional al producto”, destaca Cesar Schmidt, gerente comercial de la empresa.

Otra novedad reciente es el sistema VarioBase para grúas, que refuerza el posicionamiento de la marca en el segmento. La tecnología permite que los soportes sean abiertos en rayos diferentes y, dependiendo de la apertura, una tabla de carga específica es criada automáticamente por el sistema de control computadorizado Liccon. “Así, el operador puede trabajar con toda la seguridad en aperturas parciales o asimétricas de los soportes, obteniendo ganancias reales en la capacidad de carga”, enfatiza Schmidt.

Como en Manitowoc, en Liebherr el foco en la innovación está aliado a la capacitación, que se tornó una preocupación permanente en el desarrollo de las líneas de equipos y en la actuación de la marca. En el Centro de Formación (CET) de Guaratinguetá (SP), por ejemplo, la seguridad operacional está inserida en el contenido programático de todas las formaciones ofrecidas en ocho salas equipadas con materiales de punta y simuladores de última generación.