Más allá del horizonte

Con la baja demanda constructiva, las empresas del segmento de hormigón se reinventan con nuevas tecnologías y servicios especializados, además de invertir en el mercado externo

Ampliar la exportación, apostar en nuevas tecnologías y diversificar los nichos de actuación son algunas de las estrategias utilizadas por las empresas que actúan en la cadena nacional de hormigón, que - así como ocurre en otros segmentos vinculados directamente al sector de la construcción - fue profundamente afectada por la crisis económica.

Y la caída no fue pequeña, de hecho. De acuerdo con el Estudio del Mercado Brasileño de Equipos para la Construcción, publicado anualmente por Sobratema, el volumen de ventas de máquinas en 2013 (en el auge de la industria del hormigón y del propio sector) llegó a 72 mil unidades, mientras que en 2016 ese año el número cayó drásticamente, totalizando 14 mil unidades, en una retracción histórica del 81%. “Para ilustrar ese momento, específicamente en la comercialización de equipos para el hormigón, en 2013 se vendieron en el país cerca de dos mil unidades de hormigoneras, mientras que en 2016, fueron sólo 300”, contextualiza Silvio Amorim, CEO de Schwing-Stetter.

ESTRATEGIAS

Para atravesar un momento tan delicado, las empresas del sector también han sido forzadas a reestructurarse, aportando inversiones para recomposición de recursos, capacitación de profesionales y perfeccionamiento logístico, por ejemplo, buscando optimizar sus respuestas a las demandas crecientes de los usuarios de equipos en medio a un escenario de persistente penuria comercial.

En ese tiempo, las áreas de postventa y exportación se tornaron nichos más fuertemente explotados por las empresas, hasta mismo como único medio de supervivencia. Tanto que la exportación de equipos, especialmente para Sudamérica, pasó a ser el foco principal de las operaciones en muchas empresas. “Cuando la crisis se abatió sobre Brasil, hubo un rápido movimiento de nuestra matriz en Alemania para hacer que el país se hiciera responsable de las exportaciones a Sudamérica”, confirma Amorim. “En la actualidad, el 70% de las ventas de Schwing-Stetter Brasil están dirigidas a la región y sólo el 30% para el mercado interno.”

El apostar en el continente latinoamericano también fue la estrategia adoptada por Putzmeister Brasil. Según Thiago de Paula, gerente comercial de la empresa, países como Argentina, por ejemplo, consumieron “mucho más máquinas” que Brasil en el primer semestre de 2017. “Para el próximo año, tenemos el proyecto de reservar más 100 máquinas de la línea remolcable para exportación, siendo que también estamos aguardando un aumento de la demanda externa para equipos con lanza”, complementa el ejecutivo.

Además del foco en el mercado externo, hay otros movimientos siendo realizados por las empresas. El Grupo RCO, por ejemplo, invierte en un nuevo reposicionamiento, en un movimiento marcado por la reciente adquisición del fabricante de hormigoneras y grúas Siti, lo que acabó llevando a la concentración de todos los negocios en una sola marca.

Con esta adquisición, RCO vincula a Siti como una empresa del grupo y, así, pasa a ofrecer una solución completa para la obra, lo que incluye desde el izamiento de carga con grúas, pasando por la fabricación de hormigón hasta el transporte del material en las frentes de obras. “Ahora, esa plataforma de soluciones será debidamente trabajada en el mercado latinoamericano, donde las dos empresas actuaban separadamente”, destaca Carlos Donizetti de Oliveira, director del Grupo RCO.

De hecho, como destaca Alexandre Zaccara, director de desarrollo de negocios del Grupo RCO para Latinoamérica, el objetivo no es sólo el de reforzar la presencia en Brasil, sino también ampliar la actuación en el mercado latinoamericano, evidenciando como el comercio exterior se ha vuelto en la verdadera “tabla de la salvación” para la industria local. “El Grupo enfoca su actuación en el segmento de hormigón en países como Bolivia, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay, además de Argentina”, dice.