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La seguridad es la regla

Las grúas avanzan en seguridad con el uso de recursos de punta, pero el país aun no absorbió totalmente eses equipos, que son utilizados en solo 20% de las obras

Cuando el ingeniero Paulo Carvalho, director técnico de Locabens integró el grupo de trabajo que elaboró la NR 18.14.24 (Movimiento y Transporte de Materiales y Personas con Grúas), el país era absolutamente carente de regulaciones para ese tipo de operación. La norma fue publicada solo en 2005, aunque desde el inicio de los años 70 hubiese multinacionales fabricando grúas en el país.

Subsanado el problema de la norma, en la actualidad las grúas enfrentan otros contratiempos, ahora relacionados a la utilización y cultura de mercado. Se puede hasta mismo pensar que eses equipos estén diseminados por canteros en todo el país, pero la verdad es que solo un 20% de las obras los utilizan. “Muchas edificaciones emplean métodos paliativos para sustituirlas, como las mini-grúas, por ejemplo, que no son utilizadas en ninguna otra ubicación del planeta”, apunta Carvalho. “Además de no tener una norma reguladora, las mini-grúas pueden tener brazo de hasta 6 m y transportar cargas de hasta 500 kg, pero en esas prescripciones son obedecidas.”

Una vez que el asunto son grúas, países como Argentina, Uruguay, Perú, Chile y Colombia están bien más avanzados que Brasil, sin hablar de mercados como el norteamericano y el europeo. En Brasil, una grúa de 200 t es clasificada como de medio a grande porte (los modelos más utilizados atingen de 40 a 60 t/m), mientras en los EUA no se utiliza grúa con menos de 400 t. Para se llegar allá, todo indica que se llevará un tiempo. “En los años 70, existían aproximadamente ocho fabricantes de eses equipos en Brasil, siendo que en las décadas siguientes la producción prosiguió con algunos cambios entre las marcas”, dice el ejecutivo. “Más recientemente, la crisis y las bajas ventas afectaron los fabricantes, desestimulando la producción en Brasil.”

Otro problema recurrente es similar a lo que acomete otras familias de equipos: productos de calidad dudosa entran en Brasil sin cualquier control de las condiciones de seguridad, ergonomía o emisiones. De acuerdo con los especialistas, eso es un contrasentido que evidencia la falta de fiscalización en el mercado. “Tenemos normas reguladoras avanzadas y la Asociación Brasileña de Normas Técnicas (ABNT) mantiene convenios internacionales con órganos de todo el mundo, pero esa ausencia de restricción para equipos de baja calidad perjudica el mercado”, critica Carvalho, que en la actualidad también preside la Asociación Brasileña de los Locadores de Equipos y Bienes Móviles (Alec). Él se recuerda que la asociación, que hizo la relatoría de la NR 18.14.24, pasó un año y medio involucrada en ese trabajo. “Participamos del 100% de la elaboración de la NR”, cuenta. “Y cuando el documento siguió para el plenario, en Brasilia, fue publicado prácticamente sin cambios.”

Para Edvaldo B. Peixoto, director de IPS Engenharia de Rigging, la NR establece requisitos fundamentales para la operación con grúas, siendo que todos los fabricantes y locadores deben atenderla. “Como casi todas las normas brasileñas son hechas con base en las internacionales, no hay diferencias para la seguridad, lo que falta es concienciación y disciplina para seguir las directrices de uso y los procedimientos seguros”, aclara.

SEGURIDAD

Con la base legal establecida, algunas consideraciones se hicieron necesarias. En la evaluación del gerente comercial para grúas de torre de Liebherr, Luiz Meirelles, la NR-12 – que versa sobre Seguridad en el Trabajo en Máquinas y Equipos –, da solo direcciones, diciendo “qué” se debe hacer, pero no “cómo” hacer. “Ya sea, no hay parámetros”, dice él. “Las normas brasileñas son muy obvias y desactualizadas en lo relativo a ergonomía, por eso seguimos la norma europea EM 14439 para los equipos fabricados en Brasil o en cualquier otra planta mundial.”

De acuerdo con él, quien planifica adquirir una grúa debe verificar la procedencia y el historial del fabricante. Un equipo con los ítems de seguridad, ergonomía y operación refrendados por mercados más exigentes permite trabajar con tranquilidad en Brasil. Cabe destacar que eses ítems no son pensados solo para el operador, pues la seguridad es un ítem prioritario también para los equipos de montaje directamente involucrados con el equipo.

De vuelta a la fiscalización, Meirelles lamenta que prácticamente ningún país latinoamericano restrinja la entrada de equipos sin condiciones ideales de seguridad y ergonomía. Además, en Brasil se exige la evaluación de los equipos solo tras 20 años de uso, mientras en Europa las inspecciones son hechas con una menor periodicidad, certificadas por especialistas.

Así, cuando la grúa es nueva, el seguimiento es inspeccionado a cada cuatro años, entonces el intervalo cae para dos y, tras 14 años de uso, la inspección se hace anualmente, hasta el término de su ciclo de vida. Además, la fatiga del equipo precisa ser acompañada, y no solo medida. “Con las diferentes condiciones del mercado, puede ocurrir que una grúa quede parada en el patio o trabaje poco, precisando de mediciones en los componentes”, destaca Meirelles. “Ya las utilizadas por arriba de la media, con cargas en exceso y mucho desgaste, requieren intervenciones técnicas.”